Esta deliciosa tarta surgió por el excedente de membrillo que tenemos en casa, membrillo casero procedente de la casa de mi amiga Sara de Azuqueca de Henares y de una calidad insuperable, además ya os pondré la recetita del membrillo, pero lleva un toque especial, lo he hecho con azúcar moreno y un pellizco de canela ó clavo, el sabor es distinto al tradicional, pero merece la pena probarlo pues el gusto que deja en el paladar es sorprendente.
Bueno suegra, hermana y las demás, aquí os dejo la recetita con las fotos, porque cuando os lo explico ninguna lo entendéis.
Ingredientes:
Masa quebrada del Lidl (una plancha).
Queso cremoso, yo tipo quark o cero en grasa (para compensar el azúcar del membrillo)
Membrillo casero.
Preparación:
En primer lugar sacamos unos minutos antes la masa del frigorífico, la desenrollamos y ponemos un plato llano encima, cortamos alrededor con un cuchillo, con cuidado de no cortar el papel parafinado, pues nos va a servir todo el proceso. Retiramos lo que nos sobra, pero no lo tiréis que luego nos sirve, hacemos unas dobleces como veis en la foto y luego volvemos a doblar las puntas de la primera doblez, consiguiendo una especie de cestita. Para que se pegue le vamos dando con un poquito de agua. Luego echamos el queso a gusto del consumidor, el membrillo y con la masa que nos sobró la estiramos con un rodillo y cortamos tiras de unos dos centímetros y ponemos las tiras en forma de enrejado sobre el membrillo. Escondemos las puntas dentro de nuestra cestita y ya esta lista para meter en el horno el tiempo que indica el paquete de la masa, que es 15 minutos a 200 ºC. Como siempre depende de los hornos, tiene que quedar tostadito, que no quemado.
Os acompaño las imágenes de todo el proceso.
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